¿Es necesaria la formación para el Desarrollo Profesional?


Crecer como personas y realizarnos en nuestros trabajos son algunas de nuestras necesidades inherentes como individuos para nuestro pleno desarrollo. La autorrealización se da en un gran porcentaje cuando nos sentimos plenos en la labor que realizamos, disponiendo de herramientas y destrezas que nos permitan lograr objetivos mayores estimulantes en nuestra profesión.

Quienes desean impulsar su desarrollo profesional no pocas veces se embarcan en cursos formativos, másteres y seminarios, condición no suficiente para conseguir el impulso necesario. En ocasiones acumulan una gran cantidad de cursos que con el tiempo valoran como poco útiles y olvidan gran parte de lo aprendido, sin haber tenido la oportunidad de complementarlo con las herramientas y conocimientos que ya poseen, sin haberlo puesto en práctica.

Circulan gran cantidad de currículos que nos hablan de la larga vida académica y formativa de las personas, junto a la laboral. Por lo general perfiles idénticos con gran acumulación de cursos, que optan a un mismo puesto de trabajo. Pero vivimos en una época donde los currículos profesionales han perdido utilidad para representarnos profesionalmente. En ámbitos como el sanitario los conocimientos son requisitos básicos para el acceso profesional, aunque cada vez más nos encontramos con que son necesarias otras características para el desarrollo de nuevas ideas y proyectos profesionales, para el desarrollo de empresas y equipos humanos, para el crecimiento de la calidad del servicio prestado, al igual que para el mantenimiento de la actividad profesional ya puesta en marcha.

Es la actitud, el talento y la riqueza personal del individuo lo que marcará la diferencia en su profesión, también sus habilidades sociales y no solo las profesionales propias de un tipo de actividad. El conocimiento por tanto queda en un segundo plano, aun siendo necesario e imprescindible.

A la hora de escoger un curso para tu desarrollo profesional te proponemos:
  • Valorar la calidad, más que la cantidad de horas formativas.
  • Considerar su utilidad para poner en práctica lo aprendido recién terminada la formación, sin esperar a un futuro incierto en que las condiciones te favorezcan.
  • Tantear si la formación puede suponerte un avance y enriquecimiento personal, además del avance profesional. El éxito de tu desarrollo profesional no se sostiene sin el desarrollo y la mejora personal.
  • Conocer los testimonios de alumnos que ya realizaron el curso, su opinión tras éste y si es posible tras un tiempo después de realizarlo. Para ello recomendamos que busques una entidad que te ofrezca esta información y la posibilidad de contacto con antiguos alumnos de tu libre elección.

Estos sencillos consejos marcarán la diferencia para emprender nuevos proyectos e impulsar tu profesión. ¡Salud y buen camino!

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