Entrevista sobre Coaching Nutricional (revista Consumer)

María Hernández Bascuñana, realizó estudios universitarios en Nutrición Humana y Dietética, y en Educación Social, especializándose en Psicología positiva y Coaching con PNL. La educación socio-sanitaria, combinada con la psicoterapia alimentaria, ha sido su interés durante estos últimos años. Ha centrado su ejercicio profesional como coach personal y nutricional, con un enfoque en el potencial de cada individuo. Su amplia experiencia como docente en programas formativos profesionales de personal sanitario la han convertido en una voz de referencia como ponente y conferenciante en congresos, jornadas y seminarios sobre nutrición, salud y psicología positiva. Es también la presidenta de la asociación EDUSA para la educación en salud y la promoción del bienestar.

  • Autor: Por MAITE ZUDAIRE
  • Fecha de publicación: 30 de septiembre de 2011

¿Como actúa el coaching nutricional más allá del acompañamiento que un dietista-nutricionista hace a su paciente?
El profesional dietista trata al paciente y le asesora sobre lo más adecuado en cada circunstancia. El profesional coach, además, le acerca a explorar sus propios propósitos que transforman el deseo de cambiar en un compromiso hacia la acción, y contribuye en el proceso de mejora del estado dietético-nutricional del paciente, ya que favorece un aprendizaje consciente.

¿Qué dificultades encuentra un paciente para cumplir con su compromiso y afianzar su decisión de seguir una dieta?
Una dificultad muy común es que el objetivo de hacer una dieta específica o bien seguir un programa de control de peso no es una decisión propia, sino que llega impuesta. Procede del médico o especialista, de la familia, de la pareja, del trabajo o del entorno sociocultural. Esto puede dar lugar a diversos conflictos y contrariedades. El coaching nutricional ayuda a construir un plan propio y decidir los aspectos que más urge cambiar y ayuda a decidir desde dónde empezar el cambio.

¿Qué es lo más duro en el cambio?
Una dificultad que por lo general tenemos todas las personas cuando queremos emprender un cambio, como cambiar el tipo de alimentación y otros hábitos que repercuten en nuestra salud, es nuestra resistencia a salir de nuestra zona de confort.

¿Zona de confort?
La zona de confort es un espacio personal de hábitos, costumbres y creencias que mantenemos por comodidad y seguridad, por miedo a asumir nuevos riesgos o a encontrarnos ante la incertidumbre. En el proceso de coaching se genera la confianza para salir de la zona de confort en la dirección deseada y en la compañía del profesional, con quien puedes explorar qué ganas y qué pierdes con el cambio, de qué te quieres alejar y a dónde quieres acercarte.

A menudo se opta por dietas milagro a pesar de estar demostrado que son un peligro para la salud y que a medio plazo la persona recupera el peso perdido. ¿Por qué se opta por esos atajos? ¿Por qué nos engañamos a nosotros mismos?
Quienes actúan así saben que pueden recurrir de vez en cuando a estas dietas y, mientras, en el transcurso de una a otra, continuar tapando la insatisfacción vital que, en ocasiones, subyace a una mala alimentación y a un estilo de vida sedentario, pero cómodo.

¿Cuándo es un buen momento para comenzar una dieta de adelgazamiento o un proceso de aprendizaje alimentario? ¿Cuándo es un buen momento para abandonar la zona de confort?
Una persona debe empezar una dieta cuando le encuentre el sentido y lo quiera hacer, esto le permite mantener su motivación.

En el coaching es clave asumir responsabilidades. En la alimentación inadecuada, ¿cuáles son las más difíciles de interiorizar?
En primer lugar, se ha de tener conciencia de una alimentación inadecuada para la salud y deshacerse de la idea de que estar delgado es sinónimo de salud, porque no siempre es así. En general, los clientes se preocupan más por su peso que por su salud. Una vez que llegan a este punto, es un gran logro descubrir por qué se alimentan del modo en que lo hacen y responsabilizarse de cómo transformar las situaciones que les lleva a ello.

¿Cuáles son las claves del éxito en el aprendizaje para comer bien?
Ser protagonista del aprendizaje, ser partícipe y responsable de cada paso dado, comprender el por qué y el para qué de cada aprendizaje. En palabras de Peter Wrycza (escritor de diversos libros de coaching transformacional), "aprender y vivir son dos conceptos inseparables".

La obesidad, tanto en el adulto como en la infancia, ya tiene etiqueta de pandemia. Desde el punto de vista de la psicología, ¿qué sucede en esta sociedad para que haya sobrealimentación?
Vivimos en una sociedad muy marcada por el consumo: de alimentos, de bebidas y, cada vez más, nuevas sustancias procesadas y diseñadas para una ingesta apetitosa, que no siempre resultan ser nutritivas y sanas. Consumimos no solo alimentos sino información, tecnologías, energías, materiales... a un ritmo voraz, en ocasiones compulsivo. La insatisfacción, el aburrimiento, la soledad, la tristeza, la sensación de infelicidad, la falta de cariño, las presiones internas y externas, la falta de autenticidad, la falta de estímulos, en definitiva, la carencia de emociones positivas y de satisfacción en nuestras vidas nos lleva al sobreconsumo y a tener ganas de comer cuando no es necesario desde el punto de vista fisiológico.

¿Los niños aprenden esto?
Copian conductas de sus padres y repiten patrones de comportamiento, con la repercusión que tiene en su alimentación la falta de interés por cocinar de sus padres, la búsqueda de la comodidad y tiempo libre en familias con ritmos de vida muy ajetreados, las economías familiares y la oferta de alimentos industrializados que se ha generalizado hoy en un mundo globalizado.

El sobrepeso, la diabetes, los niveles de ácido úrico elevados... son causas de enfermedades muy graves. Sin embargo, su cura, que pasa por una dieta sana, no se toma en consideración, a pesar de la seriedad que entraña, y se pospone. ¿Qué nos pasa para no optar por las técnicas que conducen a la salud y esquivarlas?
Desde el punto de vista del terapeuta, quizá no informamos bien a los pacientes de su proceso de enfermedad y sus consecuencias, o de las técnicas propuestas para mejorar. Quizá no les hacemos tan partícipes de su proceso como creemos cuando decimos que personalizamos dietas y que nos adaptamos a cada caso. Desde mi experiencia educativa aconsejo comunicarnos de forma adecuada con la persona que tenemos delante, sin trabas, y evitar el uso de tecnicismos, si es necesario. Hay que hacer llegar de forma efectiva la comunicación y, para ello, hay que adaptarla al interlocutor, sea cual sea su nivel sociocultural y su mapa mental. Muchos coaches tenemos herramientas de PNL (Programación Neurolingüística) que nos permiten acompasar con el cliente, generar una relación de confianza mutua y facilitar una comunicación efectiva.

En ocasiones, la dieta es la única manera de prevención y la curación. ¿Cómo puede ayudar el coaching a convencer al paciente de la necesidad de cumplir la dieta? ¿Cómo puede sentirse el paciente feliz de tener que renunciar a la sal o a la grasa?
No hay un convencimiento dirigido, sino un aprendizaje interiorizado que te abre a descubrir tus verdaderos propósitos, incluso cuando el objetivo que se quiere cambiar es impuesto. De esta manera, el cliente/paciente no se resigna, sino que acepta el reto y aprende a sacarle al cambio el agradable sabor que antes no había sido capaz de apreciar.

Fuente: Revista Consumer

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