Rendimiento cognitivo y estado de ánimo en deshidratación leve.

Un  estudio reciente sugiere que la deshidratación leve puede estar relacionada con déficit de atención y disminución de la memoria visual.

El reciente estudio publicado en la revista científica 'British Journal of Nutrition', y denominado "Una deshidratación leve afecta al rendimiento cognitivo y al estado de ánimo del hombre", indica que este estado conlleva la disminución de aspectos específicos del rendimiento cognitivo, provocando un aumento de errores en la vigilancia visual y una respuesta tardía en la memoria a corto plazo.



El estudio se desarrolló sobre una muestra de 26 hombres de 20 años, quienes fueron sometidos a diferentes pruebas deportivas en condiciones de deshidratación leve con el objetivo de comprobar la respuesta de su cerebro ante una ausencia moderada de líquidos en su organismo.

El trabajo, realizado por científicos del Laboratorio de Rendimiento Humano de la Universidad de Connecticut y del Instituto para el Ejercicio y Medicina Ambiental de Dallas, Texas (EE.UU.), señaló que una leve deshidratación sin hipertermia provocó que aumentaran el número de errores durante las pruebas y que disminuyera su atención visual. Igualmente, se registró un aumento evidente en los indicadores de fatiga, tensión y ansiedad.

Este estudio demostró que algunos efectos en el rendimiento cognitivo, estado de ánimo y otras manifestaciones sí están presentes en reposo y durante el ejercicio en un nivel promedio de deshidratación de 1,59%. Así, se comprobaron los efectos negativos sobre el rendimiento cognitivo en reposo y en áreas de vigilancia, falsas alarmas, memoria visual, y tiempo de reacción. Los estados de ánimo también se vieron afectados negativamente por la deshidratación. La fatiga/apatía aumentaron significativamente tanto en reposo como durante el ejercicio y la tensión/ansiedad se mostraron elevadas en reposo, unos resultados que coinciden con los efectos adversos observados en el rendimiento cognitivo.

El estudio fue diseñado para comprobar los efectos de una ausencia moderada de líquidos (entre un 1% y un 2% de deshidratación resultante del ejercicio) sobre el desarrollo cognitivo. En este sentido, los investigadores concluyeron que "a pesar de que no se conocen los mecanismos cerebrales responsables del deterioro del rendimiento cognitivo y del estado de ánimo como resultado de una deshidratación leve, los cambios en el equilibrio electrolítico pueden afectar directamente a regiones cerebrales de orden superior".

Fuente: Beverage Institute for Health & Welness

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